Por Ricardo Georges.
Hace unos años leía las crónicas de una descendiente siriana/asiria de la limpieza étnica y genocidio realizada en 1915 por el régimen ultranacionalista del "Triunvirato de los Jóvenes Turcos" e irregulares kurdos contra sus ancestros, en Midyat, en la Provincia de Mardin. Tras recorrer la región hace escasos diez años, decía que lo peor de su visita al lugar, no fue encontrar las huellas del genocidio, ni ver las ruinas de la aldea donde vivieron sus abuelos.... sino el olvido. La gente que ahora vivía en la zona, mayormente kurda, sumamente amable y cordial, simplemente desconocía que allí hubiera habido una historia de brutal exterminio contra una minoría étnica autóctona, y la visitante sintió que no sólo sus ancestros fueron desterrados de esa tierra, sino confinados al olvido, al borrado de su existencia.
Con la expansión de las fronteras de Argentina y Chile y también los intentos de asentamiento y colonización británica y francesa en Patagonia, ocurrió algo parecido. Eufemismos: conquista del desierto, modernización, necesidad de establecer fronteras seguras antes que los Estados competidores (necesidades de Estado), progreso.... donde lo que llegaron fueron los estancieros, buscadores de oro, aventureros, cazadores de indios para los estancieros, exterminio (Sarasola da la cifra en Argentina de 14.000 personas, pero me parece muy poco), reducción a esclavitud l@s sobrevivientes, repartidos bajo las presidencias de Avellaneda y Roca, como "Entrega de chinas para ayudar a las tareas domesticas y de chinitos como mandaderos" (de las familias patricias), reestableciendo de este modo a fines del siglo XIX, la esclavitud para los "indios" que lucharon para defender sus territorios (hubo también otros a los que se les repartieron tierras hacia 1850 para que se asienten en localidades de la provincia de Buenos Aires, en forma pacífica, también hay que decirlo).

VER: Julio Popper, el “rey de la Patagonia” que exterminaba nativos y tuvo un final trágico y misterioso
ZOOLOGICOS HUMANOS, TAMBIÉN EN ARGENTINA
Belgas, franceses y otros europeos, a fines del siglo XIX comenzaron la moda de espectáculos circenses en espectáculos de rarezas y personas exóticas, y comenzaron a llevar gente "salvajes", de "pueblos primitivos" de todas partes del mundo, a Ferias por distinta capitales europeas, en una suerte de esclavitud, cuando ya se suponía que ésta había sido abolida. Pero era evidente que en esa época donde Spencer, Líneo, Malthus (que no Darwin) desde un uso ideológico e instrumental de la épica de la racionalidad y la ciencia, habían decidido que "los primitivos", los no europeos, especialmente cuanto más oscura sea su tez, al igual que las mujeres, tenían "deficiencias" cerebrales que no los hacían del todo humanos, y sin capacidad de gobernarse o tomar sus propias decisiones. Así, en 1889, con permiso del Estado Chileno a pedido del embajador de Prusia, familias kawaskar o alakaluf, Yamanas, tehuelches y Selknam, fueron embarcadas hacia Paris, nada menos que para ser exhibidos en 1889 en jaulas de un Zoológico humano que pretendía conmemorar los 100 años de la Revolución Francesa (esa que hablaba de Igualdad, Libertad y Fraternidad).

Sobre este vergonzoso episodio del país vecino hay un magnifico documental de Universidad Católica de Chile, el Ministerio de Educación y la TV chilena que se llama "Calafate. Zoológicos humanos", y cuenta esa historia corroborada en documentos, imágenes y restos (que fueron repatriados) en Francia y Chile. dicho documental es muy extenso, de más de 2 horas de duración (pueden buscarlo en youtube), pero hay un resumen de 38 minutos que si desean, pueden ver para comparar con lo que ocurrió en Argentina. También hay que tener en cuenta que las fronteras no estaban delimitadas en Tierra del Fuego, con lo cual las matanzas, por ejemplo del rumano cazador de indios Julio Popper, se narran como ocurridas en su territorio en la tv chilena.
En Argentina, quienes tenemos cierta edad y visitamos siendo niños o jóvenes el Museo de Cs Naturales de la Plata, llegamos a ver exhibidos restos óseos, fotografías y bienes de caciques y de personas capturadas y llevadas a La Plata tras la llamada "Conquista del Desierto", con complicidad del prestigioso Perito Francisco Pascasio Moreno, quien negoció en lo que luego sería el museo las fronteras patagónicas entre Argentina y Chile. Luego en pleno desarrollo y consolidación democrática, nos enteramos que est@s prisioner@s fueron obligados a trabajar en la construcción del edificio, y luego fueron exhibido@s. Al fallecer, fueron diseccionad@s, medid@s, pesados sus cerebros, comparados, clasificados "en nombre de la ciencia", una ciencia instrumental, amoral, que no veía a esas personas como seres humanos iguales y con derechos.
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Mujeres con sus niños prisioneras |
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Retratados, medidos, exhibidos |
Con la instauración de la democracia, en 1985 se crea el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, con el fin de implementar políticas sociales dirigidas a pueblos originarios. Una demanda de una militancia y organización de los pueblos originarios, que nunca llegó a desarrollarse plenamente ni a ser plenamente activa, representativa y participativa. En 1994 se reforma la Constitución Argentina, que antes sólo mencionaba a los "indios", en un artículo que establecía "Procurar la conversión de los indios al catolicismo". Ahora, nuevos tiempos obligan, se reconoce "la preexistencia de los pueblos originarios al propio estado, reconoce la propiedad comunitaria de sus tierras, y habla de derechos educativos bilingües biculturales, además de hacer un registro de comunidades y otorgarles títulos de sus tierras". Todo un avance legal y de percepción social que abrió las puertas a la visibilización y al empoderamiento y reconocimiento de derechos.


Recién en 2001, a petición y demandas de personas y organizaciones de pueblos originarios, y de la iniciativa de un grupo de jóvenes antropólogos sociales del Museo de Cs Naturales el
Colectivo GUIAS, se sanciona l
a Ley N.° 25.517 que estableció que "los restos mortales de aborígenes que formen parte de los museos y/o colecciones públicas o privadas, debía ser puesta a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia". Esta ley recién se reglamentó en 2010, y se procedió a restituir todos los despojos y restos de las personas que fueron prisioneras exhibidas en esas instalaciones, como piezas de museo, a sus comunidades de origen. La TV pública argentina hizo, a 30 años de recuperar la democracia un magnífico documental (en dos partes de 12 minutos cada una), "Prisioneros de la ciencia", que acabo de ver y que me inspiró a escribir y compartir en este artículo.
Finalmente dejo para el final lo más importante, que es el documental, esperando que sirva para reflexionar y conocer la historia, y que cuando se dicen auténticas barbaridades respecto a la demandas de determinados grupos indígenas, por una parte tengamos información, y empatía. Y por otra que seamos conscientes que tenemos como sociedad una deuda inmensa, que debemos reparar para hacer justicia y cerrar heridas en una sociedad peligrosamente manipulable por discursos mediáticos y políticos peligrosamente frívolos y superficiales.
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Ricardo Georges Quilmes |