LA CELEBRACION DEL FRACASO

 


El gobierno, finalmente, logró firmar un nuevo acuerdo con el FMI que le ha permitido intentar transformar en éxito, un proceso grave de caída de reservas y de apreciación cambiaria del que no sabía cómo salir.

Con la impronta semejante a la que muestran los artistas premiados con un Oscar, el ministro de Economía presentó el nuevo acuerdo desbordando alegría y distribuyendo agradecimientos varios por el logro alcanzado.

Más allá de este detalle, lo que Caputo hizo fue compartir con la audiencia el relato oficial del gobierno. Buscan instalar la idea del inicio de una nueva etapa con la ayuda del Fondo, intentando transformar el fracaso en esperanza.

La modificación del esquema cambiario que implica una devaluación, fue presentada como un esquema de “flotación entre bandas”. Mientras que el incremento de la deuda pública en dólares es presentado como una recapitalización del Banco Central, planteando que el canje de Letras Intransferibles del Tesoro por la nueva deuda con el Fondo no implica un incremento de la deuda total.

La experiencia de los acuerdos con el Fondo Monetario ha sido desastrosa para el país, aunque los gobernantes involucrados los presentaron en su momento como hitos de cambio positivo para la economía nacional.

El blindaje de De la Rúa duró unos meses y no pudo evitar la explosión post convertibilidad. Tampoco sirvió de mucho el mega préstamo del Fondo para el gobierno de Macri. Sin excepciones, estos programas terminaron en rotundos fracasos y dejaron consecuencias muy graves para la economía y para el tejido social de nuestro país.

Estos momentos bisagra en la historia nunca ocurren como consecuencia de políticas económicas exitosas, más bien todo lo contrario.

Básicamente, los rescates del FMI suceden cuando un país no es capaz de sostener sus compromisos de deuda por no poder generar flujos positivos para realizar los pagos o cuando no logran financiarse en los mercados para renovar las deudas.

Y es allí donde entra el Fondo.

Milei y su equipo quieren convencer a la ciudadanía que esta vez será distinto.

Plantean este acuerdo como el punto de partida de una nueva etapa con el objetivo de superar la serie de fracasos importantes acumulados que comienzan a erosionar la credibilidad del gobierno.

El escándalo de la cripto estafa Libra, el rechazo a los pliegos de Lijo y García Mansilla, la caída dramática de reservas del primer trimestre del año, y la aceleración de la inflación que alcanzó el 3,7% en marzo, han sido golpes difíciles de asimilar para la administración Milei.

Pero el relato no repara en los datos. El discurso se construye en base a slogans y con eufemismos para evitar poner en blanco sobre negro que está sucediendo realmente con nuestra economía.

La realidad nos muestra otra cosa: el gobierno, luego de haber realizado el ajuste más severo de la historia, ha tenido que recurrir a un nuevo salvataje del Fondo.

Este dato es concluyente y confirma el FRACASO del plan económico.

Lamentablemente, este dinero no es para financiar el desarrollo económico. Es para mantener las condiciones de certidumbre que necesitan los sectores que pueden comprar dólares y que invierten en diferentes activos financieros.

Para la mayoría que vive de su trabajo y que no tiene capacidad de ahorro, se trata de una etapa cargada de incertidumbre. El acuerdo viene con letra chica: promete más ajustes y privatizaciones, además de reforma laboral, previsional y tributaria.

La experiencia nos indica que estas recetas clásicas del FMI nunca son favorables para los trabajadores o los jubilados, mucho menos con un gobierno que aplica un ajuste despiadado y que celebra el nuevo endeudamiento como un triunfo.


Alexis Dritsos
Economista